jueves, 16 de junio de 2011

ALMACENAJE, ESTRUCTURA, FILTRO Y DISTRIBUCIÓN

¿Cuándo dejamos de hacer arquitectura y empezamos a diseñar un interior?, ¿Existe alguna diferencia?, ¿Es lo mismo?.... Quizás... ¿una diferencia de escala, nada más?
Yo no tengo la respuesta ha esas preguntas, pero si que acostumbro a no diferenciar entre un proyecto monumental y un pequeño local a la hora de proyectar; ya que, a mi parecer, merecen la misma atención y dedicación.


Esta vez traigo un pequeño trabajo realizado estos últimos días para I3 arquitectos, con el que hemos tenido la suerte de colaborar. 


Se trata de un local de 220m2 aprox. y un programa por introducir que consta de: una vivienda mínima de 50m2 aprox. + un nuevo estudio de arquitectura con cabida para 12 personas.

Bocetos iniciales


Primeros bocetos: composición a partir de mobiliario IKEA





















La necesidad de una amplia zona de trabajo y una base donde poder archivar numerosos proyectos (pasados y venideros) son los cimientos sobre los que se sostiene el diseño de este nuevo estudio. Es por ello que desde los primeros dibujos y bocetos, se intuye una intención de dejar de lado la albañilería y entrar en un mundo de muebles y espacios amplios que no obstaculicen la entrada de luz, la posibilidad de ventilación cruzada, el  acceso y la completa comprensión del funcionamiento del despacho. 


De este modo lo que acostumbra ha ser un complemento secundario, como suele pasar con el mobiliario, pasa a ser un elemento decisivo y de unificación, creando así ALMACENAJE, ESTRUCTURA, FILTRO Y DISTRIBUCIÓN.

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